lunes, 2 de mayo de 2011

UN SABIO MENSAJERO

Es como el pequeño hermano que nos integra, tiene un enorme potencial de comunicación entre el cielo y la tierra, con sus viajes va acortando distancias y llevando de un lado a otro el conocimiento que la vida le va entregando.
Nos hace recorrer tantos caminos de experiencias, es inquieto, movedizo, muy curioso y por momentos un poco charlatán, tiene el don de jugar, de ir y venir a gran velocidad. Siempre esta buscando algo nuevo que descubrir y aprender.
Es inteligente, su mente es como un tren bala, capaz de dar vueltas al mundo varias veces en el día; nos da la posibilidad de comunicar con su palabra tantas fuentes de riquezas y mostrarlas al mundo como si fueran una realidad. Es una chispa mágica.
Ve en lo mas pequeño tantas cosas diferentes, su mente indaga, pregunta buscando un surtido inagotable de respuestas, nos lleva del mundo de la conciencia al de los sueños.
Reconozco esta fuente creadora en tantos instantes de la vida, cuando comienzo a vender desde hace varios años consigo tomar un contacto más profundo con este pequeño.
Cuando me siento frente a la computadora, y consigo que una palabra le siga a otra, estoy muy conectada con este inquieto mensajero. Es cuestión de un instante, donde los segundos se transforman en experiencias y exposiciones.
La vida me hizo entrenarme de diferentes maneras en el arte mercurial, con mis primeros contactos en la producción de radio, aunque todavía en ese momento no era lo suficientemente conciente, pero luego llego el turno de aprender a vender, utilizar la palabra para mostrarle al otro las respuestas a sus necesidades, a la vez las hojas comenzaban a tomar un marcado protagonismo en mi historia.
Este pequeño es bastante concreto, suele ser bastante travieso, pero siempre utiliza algo como intermediario para establecer ese lazo de comunicación.
Con el tiempo el destino me hizo conocer a una persona que con su marcado Mercurio, me ayudaba a agilizar esta cualidad, seguir una conversación era un desafio y siempre nos divertiamos con la palabra. Sin darnos cuenta podiamos pasar un par de horas hablando, y no teniamos nocion del tiempo.
Fue un gran entrenamiento, que me hizo reconocer la parte practica de la agilidad mental, y mi propia manera de adaptarme a semejante velocidad.
Todos tenemos nuestro amigo Mercurio en algún lado de nuestra personalidad... el mio tiene color tierra, es un mensajero capricorniano, tiene alma de detective, ¿vos sabes donde lo encontras?